miércoles, 4 de noviembre de 2009

DETRÁS DE MICRÓFONOS.

IR A ASOMARSE AL BARRIO DE AL LADO. La última. Por Almendra Orozco.

Ya para entonces me auguraba lo peor a menos que los entrevistara en su lengua, además de que nadie me había permitido fotografiarle, y para ser sinceros me parecía incómodo incluso pedírselos.

La mañana comenzaba a calentarse lentamente, y los cristales de los coches chorreaban la frescura de la madrugada aún, cuando tras un par de intentos fallidos más, seguí mi camino recorriendo toda la calle, buscando ya sea la inspiración necesaria o la suerte de alguien que me quisiera, pero sobe todo pudiera contar.

A eso de las 8:45am se veían salir de las casas a los pequeños niños de camino a la escuela. Luego de un paseo por la zona y de observar extrañas mezclas de arquitectura y diseño, opté por volver al coche y encaminarme a la oficina… “hoy no es día para esto, volveré mañana con una mejor guía…” –pensé-.

Un tanto derrotada volvía sobre mis pasos, cuando a mitad de camino escuché un pequeño grito que me llamaba, cuando volteé pude ver que venían dos muchachas corriendo a mi encuentro, salidas de esa primera casilla de ladrillos azules. Eran esas chiquillas que la primera vieja me había prometido.

Pude empezar una charla amable con ellas dos – Sofía de 24 y Graciela de 16- lo cual resultaba la salvación de mi día y mi ánimo. Habían venido hacía mí, de manera que estaban en toda la disposición de contarme lo que les preguntara. En esas estábamos cuando recordé que mi suerte no podría ser tanta. El camión recolector de la basura pasaba a las 9 y se vino a posar justo a 3 metros nuestro. La conversación poco apoco comenzó a viciarse. A los pajarillos de fondo del principio, comenzaron a incorporarse las campanillas cada vez más cerca, luego el motor, luego la alarma de reversa….puff!!! Escuchaba todo con claridad menos lo que mis interlocutoras contaban, y no había forma de hacerlas parar hasta que pasara el desastre, lo intenté, pero ellas seguían contando su historia, y las mejores partes de ésta se perdieron tras el bullicio.

De cualquier forma algo quedó audible, y lo que aprendí en este día, permanecerá también.




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