Para
concluir los diálogos futboleros discutimos en esta emisión en torno a la
masculinidad hegemónica (es decir una forma ideal, buena, adecuada de ser hombre) emanada de los
deportes, particularmente del futbol; a la vez que, en compañía del Antropólogo Rodolfo Aceves se analiza el proceso de naturalización e
incorporación de esos postulados a nuestro pensamiento.
Las
identidades colectivas se conforman de diferentes dimensiones, pero una de
ellas, la masculinidad, hace alusión a un tipo específico de ser hombre, lo cual tiene
repercusión no sólo en el ámbito individual de los jugadores, sino también en el
mediático, e incluso en el ánimo de quienes se sienten representados por alguno
de los equipos de fútbol. Más que indagar sobre la vida privada y sexual de los
jugadores, el plantear sobre la mesa casos de futbolistas homosexuales tiene la
finalidad de debatir qué tipo de repercusiones tendría una decisión personal de
una figura pública de un deporte sumamente mediatizado generalmente asociado a
la generación de un tipo específico de ser (muy) hombre: entrones, recios, que
no se cansan, que no deja de jugar aunque esté lesionado o vaya perdiendo.
¿Qué pasa entonces con este imaginario cuando el
jugador es gay o mujer, asociados directamente con otras características? ¿Cómo
se construyen las identidades a través del fútbol? ¿Se podría considerar este deporte como un ritual
masculino en el que se reafirman las diferencias entre lo homosexual/macho o
masculino/femenino? ¿Alrededor de qué elementos emerge esta masculinidad?
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