Desde su aparición la forma de nombrarlas ha cambiado, de organismos no
gubernamentales a sociedad civil organizada u Organizaciones de la Sociedad
Civil; pero también su labor y objetivos. Las OSC empezaron a aparecer en
nuestro país a partir de la incapacidad, la corrupción y el autoritarismo del
gobierno, así, surge en un primer momento, justo después del movimiento
del 68 y de la guerra sucia de los 70, un movimiento con las madres de los
desaparecidos y de los presos políticos. Después con el sismo del 85 aparecen
organizaciones de colonos afectados, gente que no tenía vivienda o servicios, y
que empiezan a exigir respuestas del gobierno. Actualmente las OSC representan una oposición ciudadana pacífica y activa en
busca de una sociedad más justa, sus labores están muy diversificadas y tienen
demandas concretas, se presentan con lógicas de asistencia, asesoría y/o
acompañamiento. Todo con el objetivo claro de construir una democracia
más incluyente, dando respuesta a las necesidades más urgentes de la población.
En el surgimiento de estas
organizaciones, su labor era señalar al gobierno donde estaban los errores, la
corrupción, las fallas, la ineficiencia; luego el gobierno en un intento de
legitimarse ante la sociedad civil solicita el registro de todas en un padrón
para que puedan concursar por recursos, como una forma de cooptar y evitar el
cuestionamiento abierto.
Detrás de todo esto subsisten algunas preguntas ¿Si desde la sociedad
civil auto gestionamos y resolvemos: evaluando, analizando, investigando,
generando alternativas etc., para que pagamos impuestos? ¿Hay suficientes
organizaciones de la sociedad civil? ¿Está peleada la
autonomía con los recursos que provee el Estado? ¿Cómo sobreviven a la
burocratización y al espíritu de competencia por encima del de crear redes? Comenzamos
la primer parte de este diálogo y reflexión con la Dra. Patricia Ortega y la
Mtra. Verónica Marín, ambas con amplia experiencia en el ámbito de las
organizaciones civiles.
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