En los años sesenta, la tendencia
en la construcción eran los edificios multifamiliares como respuesta ante la
problemática de albergar gran cantidad de viviendas en pequeños espacios. En
estas construcciones del siglo XX los habitantes tenían una falta de identidad
con el conjunto debido a sus proporciones, impidiendo además la comunicación
con los vecinos. Muchos de estos proyectos se convirtieron en escenarios de
crímenes y violencia donde la gente vive con terror. En la actualidad, el modelo
de vivienda social imperante son las casas unifamiliares en línea, que presentan
las dimensiones mínimas habitables y que no cuentan con la infraestructura
necesaria, convirtiéndolas en grandes dormitorios aislados de la ciudad, en los
que priva el individualismo.
En esta emisión discutimos en compañía de Luis Álvarez
Villalobos, especialista en procesos urbanos y de Bernardo Jiménez-Domínguez, especialista en psicología
ambiental, acerca del
tamaño y la calidad de la vivienda, así como de la sensación de hacinamiento y de
satisfacción que se derivan de las condiciones de habitabilidad de la misma. ¿Qué
impacto social y psicológico tienen las construcciones en nosotros? ¿Qué ha pasado con la densidad urbana en la ZMG? ¿Existe
participación del usuario en el diseño y evaluación de la vivienda? ¿Qué planes
existen para favorecer la redensificación y mejorar la convivencia social?
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