De acuerdo con la ONU, cada año mueren más de 10 millones de niños y niñas de
hambre y de enfermedades relacionadas, lo que supone una muerte cada tres segundos. Por nuestra parte, se augura que México podría entrar en una grave crisis
alimentaria en los próximos 40 años, porque no existe un equilibrio entre la
producción de alimentos y el crecimiento de la población. La ONU asevera que para
que un país asegure la seguridad alimentaria de sus habitantes, debe haber disponibilidad de alimentos suficientes
durante todo el año (ya sea como resultado de la producción interna, del nivel
de las reservas o las importaciones y exportaciones); y además que debe existir
el acceso a los alimentos, es decir que deben estar disponibles, física y
económicamente, a toda la población. Sin embargo, actualmente se importa el 42%
de los alimentos que se consumen en México, y hasta hace unos meses México sólo
era autosuficiente en la producción de huevo.
El panorama se vislumbra desolador, primero porque no hay políticas
estatales claras para el campo, y además porque según algunos, el 75% de las
tierras cultivables están en proceso de desertificación y su rehabilitación
tardaría más de 500 años. Esta tarde nos preguntamos en cabina ¿Cómo llegamos a
esta situación? ¿Qué se hizo mal? ¿Cuál es la ruta de salida? Además de
discutir sobre la ausencia de planeación como el origen de nuestros males, cuál
ha sido el impacto que ha tenido en nuestra seguridad alimentaria el TLC, a qué
se ha dedicado el agro en nuestro país, qué clase de políticas se han
practicado, qué impactos negativos ha sufrido el campo a causa de las nuevas
formas de cultivo, el conflicto que ha generado el cambio de uso de suelo, cómo
funciona el mercado...
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